Noticia
17-Abril-2017

Creatividad y emociones
Hace unas semanas acudió a la consulta una familia muy preocupada por la situación de su hija, de 7 años. La niña no podía dormir sola. Los padres habían visto cómo estas dificultades para conciliar el sueño estaban afectando también a la autoconfianza y autoestima de la niña.
El padre y la madre estaban especialmente preocupados porque no conseguían comunicarse con su hija acerca del problema. Cuando preguntaban a la niña qué estaba ocurriendo, ella sólo contestaba: “no sé”, “nada”, bajaba la cabeza o lloraba. Estas conductas preocupaban aún más a los padres, que llegaban a pensar en diferentes hipótesis a cerca de lo que le estaba ocurriendo a su hija.
En la primera sesión con la niña, pude confirmar cómo la comunicación verbal por sí sola no aportaba datos acerca de qué le ocurría ni por qué, así que comenzamos a trabajar a través de otras herramientas: juego simbólico, dibujo, psicodrama, redacción de cuentos, etc.
A medida que la niña iba expresándose a través de la representación, íbamos conociendo sus emociones y avanzando en la terapia, a la vez que iba aportando pautas a su madre y su padre para gestionar las situaciones en casa. En una de las sesiones, la niña dibujó a unos ladrones entrando en casa armados. Ella se sentía aterrada ante la idea de que esto pudiera ocurrir y alguien de su familia fuera herido.
Poco a poco, la niña fue comunicando también de forma verbal sus emociones, de tal manera que sus padres conocían qué le ocurría y por qué y, de esta manera, podían obtener las pautas necesarias para ayudar a su hija.
La niña consiguió dormir sola y, lo que es más importante, identificar, comunicar y canalizar sus emociones y, en concreto, la emoción del miedo.
Este trabajo terapéutico fue posible gracias a que trabajamos desde la perspectiva de la infancia, como si fuéramos una niña más acercándonos a los recursos que nos ayudan a comunicar desde la representación y no tanto desde la comunicación verbal, ya que en ocasiones los niños no han aprendido a comunicar sus emociones y les es imposible o muy complicado expresar qué sienten y por qué.
Por ello, es fundamental que en casa se trabaje la identificación, comunicación y canalización de las emociones desde la creatividad: pintando, coloreando, imaginando, representando,… para que los niños y niñas aprendan qué, cómo y por qué sienten una emoción determinada.
Sandra Torres Torreblanca
-Psicóloga-
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